La puesta en escena dio continuidad al programa Cultura en la Educación, que en el marco del Festival Cultural Mazatlán, presenta anualmente el Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, cuya creación ha permitido que más de 20 mil niños hayan tenido su primer contacto con el Teatro Ángela Peralta y con las artes escénicas.Bajo la dirección artística de la Maestra Monserrat Millán, la historia basada en uno de los grandes cuentos de la literatura universal, logró cautivar a los niños, quienes pudieron experimentar que lejos de ser aburrido, el ballet es divertido y didáctico.
A la destacada interpretación de los personajes, se sumó el encanto de la escenografía que recreó una pequeña aldea llena de árboles, una historia sencilla y sin complejidades técnicas y el vertiginoso y a veces acompasado ritmo musical del compositor Leo Delibes, cuya obra matiza los momentos de alegría y de tristeza a lo largo de la historia.
Sobresaliente fue la actuación de El Flautista interpretado por la bailarina Ángela Rodríguez, de 12 años de edad, quien logra una plausible representación del rol principal, reservado para hombres por la potencia y la carga técnica que amerita el personaje.
En el escenario, Ángela, la niña que generalmente baila puntas, ganadora de dos medallas de Oro y Plata a nivel nacional, hizo una variación a media punta y salió bien librada al realizar varios giros y saltos, comúnmente reservados para el sexo masculino.
Con asombro, los pequeños espectadores vieron pasar ante sus ojos a los seis personajes principales: El Flautista, el alcalde, las gitanas, los ratones, las vecinas de la aldea y sus pequeñas hijas, interpretados por las alumnas más destacadas de la academia de Monserrat Millán, cuyas edades fluctúan entre los 7 y los 17 años.
La obra original cuenta que el pequeño pueblo de Hamelin estaba lleno de ratas, y las autoridades no sabían qué hacer. Entonces, un flautista a cambio de dinero, ofreció liberar al pueblo de los terribles roedores.
En la adaptación infantil, el alcalde –personificado por Juan Francisco Navarro- acepta pagar al flautista para que con el sonido de su flauta encante a las ratas y acabe con la plaga.