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Los actores Alfredo Vergara, Manuel Olivas, Alfonso De la Cuesta, Giovanna Talavera, Yaniz Peralta, Samantha Narváez, José Hernández y Brenda Guevara, pertenecientes al grupo local Tartufonic Teatro, fueron los encargados de llevar esta ingeniosa adaptación montada en formato clown. 
La propuesta escénica consta de un grupo de jóvenes que intentan responder si en realidad El Quijote no estuvo en Mazatlán y compró camarones a 120 pesos con las changueras, entró a la famosa Cueva del Diablo o se bañó en la fuente de Los Monos Bichis, durante su camino a Escuinapa.
 
Esta obra explota la creatividad de los infantes, demuestra que un palo de escoba puede ser un fiel corcel o un burro de carga, que una peluca puede convertir a un hombre en una hermosa princesa, o que la imaginación es el único recurso necesario para viajar hacia antiguos palacios y paisajes donde la caballería andante, monstruos y aventuras abundan.
 
¿Pasó el Quijote por Mazatlán? (O los Pata saladas también saben soñar), arrancó muchas sonrisas a los chicos, y no tan chicos del público, quienes por momentos formaban parte de la historia, dando sus primeros pasos como actores, demostrando que el teatro no discrimina y cualquier persona puede participar.
 
Después de muchas risas, Sancho Panza y su amo, Alonso Quijano, “Don Quijote”, regresaron a La Mancha, donde éste enfermó y murió. Los actores aclararon que como era su propia versión, Don Quijote seguía cabalgando en algún lugar. El público agradeció la obra con un sonoro y prolongado aplauso.
 
 
 
 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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